Al Maracuyá

Yo conozco a mi pueblo, mi pueblo bardo
y esclavo, no hablo de ese que aguanta la lata,
hablo del que gritar alto. Yo conozco a mi
pueblo, sumido y tiranizado; y conozco al
bando opuesto, porque esquivamos el látigo.

Yo conozco a mi pueblo de murallas y llantos.

De ríos de olas mórbidas, de mulatas y tabaco;
que arde en oro de otrora, pues ya hace siglos no
ha encontrado. Yo conozco el sombrero de guano
y paño, ahuecado y clásico. Y conozco si fue
helado el que probamos, que era frio congelado.

Cuales utopías de mango, inmadurando…

Y conozco al obrero porque no soy soldado
que apresa hermanos frustrados. Yo prefiero
ser torero si es que hay que juzgar los daños,
pero el cepo no lo acepto ni regalo. Y prefiero
al guajiro arando, que en las celdas del cadalso…

Yo conozco a mi pueblo y sé que aun no se ha
olvidado, porque no existe un cubano que no
haya dicho cantando: Esto se ha puesto tan
malo, que ya aceptamos los tarros. Pero con
carros parados, quien puede seguir ganando.

¡Ojala…! Que la lira se convierta en tijera que
corte cuerdas, para alejarnos los malos que aún
nos quedan en la orquesta. Y ojala que el poeta no
no pervierta, porque el tiempo pasa y nos vamos
resignando a vivir sin verla; la Cuba nuestra…

La bella, la madre esencia y bandera caribeña;
¡la que los espíritus del cáncamo condenan!

El letargo en las estrellas marca ausencias…

Con la lejanía a cuesta en cada afrenta; hay
que vivir gritando quiero ser libre a diario. Y
hay seguir luchando, ya que tarde o temprano,
tendremos sin milagros lo buscado; y los
periódicos raros, dirán que se largó el villano.

Porque todos fuimos buenos contrarios…

¡Y porque todos juntos lo ganamos!

Porque todos somos cubamos; y eso es más
que verlo a diario. Orgullos, lujos y santos,
no sirven ni para embrujarlo. Cerca el exilio
habla alto; lejos, es inhumano. Somos un
pueblo desgraciado; y crucificado en pánico.

Que vive errático errando, por los males del
cadalso; pensando a aquel Caribe mágico
de antaño. Yo conozco a mi pueblo pues lo
embalsamo pensándolo… ¡Que sepa bien
que lo extraño y que desde lejos le hablo!

Y sé que volveríamos tantos, si fuera siempre
para amarnos, bajo las lluvias de mayo…

Y para construir cantando:

Te quiero pueblo cubano, te quiero cojones,
tanto… Te extraño Cuba, te extraño, te extraño
pero no con llantos. Volvimos mi isla, volvimos;
y nadie pudo pararnos. Porque cubano y
cubano, se entienden como los hermanos…

Yo conozco a mi pueblo y sé que me está
escuchando porque en cubano les hablo, Dios
bendice a los humanos que no se sienten
esclavos de padrastros. Y que ni jugando los
más osados, se permiten de esclavizarlos.

Pues no le creen ni a Plutarco, ni al Maracuyá,
ni al Diablo en fuegos fatuos del Condado…

Ya que ser cubano vale más que ser galáctico; y
ya dijeron más que blancos, negros y achinados.

Yo conozco a mi pueblo y sé que me lee a
diario, porque en cubano nos contamos lo
pasado, porque en presente forjamos un nuevo
ciclo de cambios. Pues no queremos profetas,
ni centinelas, ni soldados; ni Maracuyá, ni Palo.

¡Deseamos carne y pecado, para morirnos
cantando, te extrañaré hasta enterrado…!

Yo conozco a mi pueblo; y lo quiero liberado.

Picture Chris by Mary Paquet & CécileVCréation

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